Busco no verte más.
Ansío un aparejo que me rescate en el declive,
un colchón al cual caer.
Hoy te escuché: infantil arrebato,
labio sobre labio del recuerdo,
un hueco en este hueco de la tarde.
Hay días tan tristes como diluvio de una sola gota.
Y sigues siendo tú, ahora, quien merece mi estertor.
¡Quiero ser capaz de perdonarme!
¡Quiero ser!
¡Quiero ser!