viernes, 27 de marzo de 2009

Visita

Dos frente a una nuera anciana. Viuda también. A pocos metros la heroína, esqueleto que apenas respira en un camastro. Le visitamos de Patrimonio, dice mi amigo; extiende uno de nuestros folletitos. Yo no sé leer, dice ella. Luego contempla juguetona la identificación que pensábamos nos garantizaría algo de apertura. ¿Esta es mama Tránsito? No, ese soy yo. Ah..., ¿me regalas?

El cuerpo senil se mueve. Duerme en perpetua agonía. Hace poco su edad superó la de cualquier siglo. Todo papel llevaron militares, dice la nuera. Nada queda. ¿Podemos saludarla?, pregunto. Lúcida es, todo recuerda. Háblele.

La leyenda nos ignora. Solo un pellejo que yace, un fantasma, no podríamos interesarle menos. ¿Qué podría interesarle aun?

Ondea un prado amarillo mientras nos alejamos.


Amaguaña, ama-wañuy:
No no no, muerte, no no no.

No hay comentarios: