martes, 20 de octubre de 2009

Death equals forgiveness (y viceversa)


No es que ella se haya ido,
o que el viento haya enfriado estas paredes sin color.

No es que haya pasado sobre mi amor y mi piel,
o que su fantasma persista en rondar mis callejones.

Tampoco es que su calor vuelva a ser un hervidero en mis entrañas,
o que yo aún caiga en los abismos de cada objeto que dejó olvidado.

Ni siquiera es que la ame en la memoria que me queda,
o que el recuerdo mismo sea todavía un abanico de luz.

Al contrario.

Es que el olvido se hace carne,
tan carne como el gusano en la tumba.


1 comentario:

ƒriandise dijo...

algo muy viceral transita por estas calles ruines,,, saluuuut!
bisou