viernes, 30 de agosto de 2013


Solo se ama lo que uno mismo crea.
Jorge Urrutia: El mar o la impostura

Frente a mis ojos mustios
la pared.

Lejos las cumbres y los prados.

Dentro del tiempo un alud de agujas,
una ferviente supuración de la penumbra,
un pedazo de mierda atravesado en la garganta.

¡Ah, mi boca de tinieblas!
¡Ah, la usurpación del huracán!
¡Ah, el sigilo embebido en la derrota!
¡El aluvión de huesos sin carne y la carne sin deseo!
¡El péndulo roto de la renuncia en las esquinas del miedo!
¡El amor estúpido quemándonos la piel, la risa, la muerte misma en
[nuestra sangre!

¡Ah, el silencio aquí infinito entre mis labios y los tuyos!

(Sí, claro que sí, te quiero).

Pared maldita esta que hincha mi lengua y mi saliva
justo en frente de mis ojos tuyos
sin posible camino a la piedad.


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