domingo, 5 de julio de 2009

Poema de la ira


¡Amor!
Cuelga una hilacha enredada entre las púas,
entre gotas que revientan mi cielo primordial,
aquí y allá
aquí y allá
nube pestilente.

La noche vibra en carne rota
y yo me desgarro los ojos como gritando un vendaval
como pudriendo mis labios bajo los rincones de cada sorbo que me quema.

¡Muerte, muerte, puta muerte!
Despiadada córnea, dolor en rojo que se revuelca, herida vertical.
He de matarte en mí como se mata a un asesino,
con un odio de siglos, de sangre bullente en aversión.

Muerta, maldita, sobre tu cadáver escupo.
¡Escupo! ¡Escupo!
Como si con ello fuese yo un poco menos fango bajo el fango,
un poco menos estiércol de mí.

¡Ah, muerte! ¡Ay, puta muerte!
¡Ay, amor!


"Para ir al infierno no hace falta cambiar de sitio ni postura".
(Alberti: Sobre los ángeles)

1 comentario:

Anónimo dijo...

cal
ma
da


puuu tiii taaaa

Saludos, le guabé

Atte:

Di eiv