viernes, 10 de julio de 2009

The waste land


Ella,
tan separada de mí a través de un velo que inventamos.

Yo, como una lengua muerta.

He danzado en espasmos de clavel y pluma roja.
He brincado como flor
(y la primavera en mí es un risible catafalco funerario).

Giro, nervioso, inmóvil en el tiempo.

Sin piedad olfateo el espejismo al que confié el vaivén de mis rumores.
Persisto en juntar toda la piel.
Soy un ávido latido de limosnas.

Cada recuerdo, un puñal.

El último amor
es
en realidad
el primero.


1 comentario:

io dijo...

ahora todo tiene mas sentido. ese brillito de ayer en tus ojos lo explica todo!
un abracito guabas