sábado, 5 de julio de 2008



Llevo una luna agujereada en las costillas,
un talismán de miel en la cintura,
el labio de una flor en la pupila.

Ella me sonríe,
yo la miro.

¿De dónde vienes, diosa alada?

¿Te quedarás?




Perdona si mis ojos te incomodan,
pero es que no puedo
¡no puedo!
saciarme de ti.

Llevo un tambor de gozo entre las cejas,
una pradera roja en el futuro,
y en ti,
en ti llevo un amor azul.


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