domingo, 31 de marzo de 2013

El cascarrabias



pum un disparo
pum pum no te veo caer

somos como hienas
empachadas de malicia y risotada
rascándonos las tripas
entre páginas de sucia poesía

ah
qué viejo me estoy poniendo
pensando en margaritas bajo una luz de luna

pero te estoy mirando, pequeño camaleón
te temo escondido tras la hojarasca del futuro

pum disparas
pum pum al piso voy

¿qué hemos de inventar bajo la piel ahora?

pum perdiste
pum pum perdí yo
pum pum pum todos siempre perdemos todo



martes, 26 de marzo de 2013


Es lento el caminar de la angustia sobre las olas,
en esta ciudad sin mar y sin llanuras,
cubierta apenas por el continuo palpitar de mis raíces tibias.

¿No soy yo el cadáver de los sumideros
—hundidos mis pasos de amor bajo las horas—,
esta soledad de arena hundiéndome contra las rocas?

Parpadeo.
Tiemblo.

Observo el hielo constreñido contra el vaso
soltando ese sudor antiguo que se lo lleva todo.

¿Por qué tanto rencor en contra de quienes claman?
¿Por qué tanto desorden en los agujeros del cielo?

Me cuesta tanto abandonar el odio que me inyectó tu silencio,
y no dejo de pensar
que no merecemos este escozor bajo la sangre,
que acaso es todo una invención sardónica de nuestro ruin anhelo.

Que todo vale nada.

Heme aquí, minúsculo poder ante el vacío,
eterno vagabundo en un asombro incomprensible,
sin ti,
donde yo mismo me he dejado solo,
abandonado al tiempo.

Acaso deberíamos sucumbir. Nada más.
Acaso solo claudicar.

Nada más.

Nada puede hacerse frente al alud que nos lastima.
Nada puede decirse por fuera de estos muros negros.



miércoles, 20 de marzo de 2013

Mujer de plátano (recuerdo IV)




















La mujer me interroga sorprendida
me sonríe
mueve sus hombros como en un fuero de entrega.

¿Son mis fantasías o hay sexo aquí
burbujeando como en un caldero
untándose como mantequilla en mi sudor
anhelando cierta afrenta a duelo?

Soy yo, sin duda.

¿Es casado?, me pregunta.
Quiero gritar: ¡Jamás!
¿Y si se enamora en el camino?
Voy rápido para que no me atrapen, río.

Voy, voy, voy.

Pero atrápame tú, mujer de plátano y café molido,
haz de esta carne un amasijo de estertores,
entiérrame y, cada año,
deja tus flores en mi tumba.

(Puerto Remolino, Colombia, 18/12/2009)



sábado, 16 de marzo de 2013

 La memoria sólo existe para torturarnos.
Martha Rodríguez: "El refugio"

La luz sobre la ciudad es un manto percudido de memoria.
Tras los cerros aparecen las nubes del ayer y del mañana,
mientras avanzo,
oscuro en mi silencio de viento y de sombra,
los ojos en la distancia de la tarde,
la mente en la fatiga del tiempo entre sus ráfagas distante.

Detrás del mundo y al alcance de la mano.

Acaso un día pudimos desaparecer,
germinar un alud de cumbres y peñascos,
tan solo protegidos por el furor de aquel deseo,
ese hueco luminoso del pasado,
esa ensoñación de un cuerpo que ha nacido iluminado.

Es un dolor de tormenta el rumor de la velocidad con que las lunas
[pasan,
compases del silencio que he escogido como refugio y firmamento,
sorpresa de mi enfado,
sombra de titán que viene y va desde nuestro principio ya olvidado.

He pasado la vida sin saber que te espero,
que la realidad anhelante y anhelada de tu tacto
es ya solo memoria pertinaz de la espera y el humo.

Adiós, una vez más.
Como tantas veces ya.
Como tantas veces todavía.

martes, 12 de marzo de 2013


aquí pesa la soledad
como un vapor de plumas afiladas

aquí suspira el gris
la noche
el soplo vulgar
el pozo del deseo
anónimo infeliz
entre las rocas

el amor
esa arma poderosa
ese viento visceral que nos habita
y sabe lo que nosotros no

mierda
mierda
tanta torpeza
tanta basura en el aire
en la ceguera del cielo
tanto tiempo inadvertido
sinrazón del sueño y de la luna
corpúsculo de hiel
en desconsuelo

pero qué digo
a quién se lo digo
si estoy solo aquí
juntando ruidos y reflejos
paciendo la orfandad de la tormenta a secas
lamiendo con mis voces el dolor nacido y muerto
hinchado afán superfluo que ocupa el corazón de nuestro suelo